“Esta delante de nosotros (…), tenemos que evitarla”, afirmó el jefe de Matignon durante su asistencia a un salón agrícola en el central departamento de Puy-de-Dôme, declaraciones que llegan poco después de que la portavoz gubernamental, Maud Bregeon, llamara en la cadena CNews a impedir que “Francia se convierta en la Grecia del 2010”.
Según el primer ministro, su prioridad es evitar la crisis, por lo que defendió los ahorros por 60 mil millones de euros que propone para el presupuesto del 2025.
Entre las medidas impulsadas por Barnier para lidiar con el deterioro de las finanzas públicas está el aumento excepcional de los impuestos a unas 300 grandes empresas con ganancias de al menos mil millones de euros.
Francia proyecta un déficit este año que pudiera rondar o superar el seis por ciento del Producto Interno Bruto, mientras la deuda se sitúa en el 112 por ciento.
El primer ministro señaló que pretende reducir el déficit a un cinco por ciento en 2025 y a un tres en 2029.
La situación de las finanzas es una de las principales críticas que recibe el presidente francés, Emmanuel Macron, quien enfrenta por estos días un proceso de destitución al que se atribuyen opciones casi nulas de éxito.
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