Entre sábado y domingo viñedos, museos, instituciones e inmuebles históricos abren sus puertas al público para esta celebración que en su trigésima edición ya es tradicional.
Particular reconocimiento tendrá la industria del vino y sus fundadores, el vasco nacido en Francia, Pascual Harriague, y el español Francisco Vidiella, figuras fundamentales en la producción y la cultura vitivinícola de Uruguay, que hoy tiene reconocimiento internacional.
Harriague introdujo en el siglo 19 la cepa Tannat, que es sinónimo de calidad e identidad del vino uruguayo.
Francisco Vidiella, fue un horticultor español que llegó a estas tierras en 1835, donde inició la industria vitivinícola en gran escala, en la zona sur.
Promovida por el Ministerio de Educación y Cultura, las intendencias, el sector público y privado, la celebración del patrimonio conecta a los uruguayos con sus raíces.
En esta capital el sitio más visitado para la ocasión resulta el Palacio Legislativo, con sus puertas abiertas.
Otro es la imponente Torre Antel, sede de la Administración Nacional de Telecomunicaciones, moderna y elevada con mirador panorámico en el sur de la ciudad.
La Biblioteca Nacional brinda visitas guiadas y exposiciones y una charla sobre “Vinos de ayer y de hoy”, a cargo del enólogo Martín Viggiano.
Por su parte en la Ciudad Vieja la comparsa Cuareim 1080 hará honor a la tradición carnavalesca en el Museo del Carnaval, que también hará honor al tango.
En la Plaza de la Constitución, el Cabildo de Montevideo acogerá a los visitantes y será escenario para las presentaciones de grupos de danza y música de diferentes regiones de España.
Y en el Museo de las Migraciones tendrá lugar el encuentro “Al vino vino” (Vida entre Viñas) con bodegas, gastronómicos, emprendedores y expertos disertantes sobre el tema en formato de festival.
Resultan algunas de muchas otras invitaciones con el patrimonio como centro, que se repiten en diversas localidades de Uruguay.
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