Un plan económico presuntamente sin brecha financiera, totalmente financiado, significa que no será necesario adquirir deuda para gasto corriente como ocurrió con todos los anteriores, reza la propaganda oficial.
El documento contempla mil 535.8 millones para el sector educativo y mil 170.4 millones para el área de Salud, para un total de dos mil 706 millones en ambas áreas.
Durante la presentación del plan, el ministro de Hacienda, Jerson Posada, también destacó que el área de Seguridad y Defensa contemplará 903.4 millones, para, unido a educación y salud, absorber el 37.4 del plan.
El aspecto que causa controversia es el anuncio presidencial de que el plan de gastos anual será totalmente financiado, lo cual significa que no será necesario adquirir deuda para gasto corriente.
Sin embargo, el académico Oscar Picardo, de la Universidad Francisco Gavidia, es de los que opina que «el de Nayib Bukele es un gobierno gastador», por lo que las dudas se acrecientan y así lo expresan analistas y economistas.
Hay temores de que, si se produce un déficit de 600 u 800 millones de dólares, esos sean reducidos de programas sociales, una de las demandas en las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para sanear las finanzas públicas.
El debate se mantiene, e incluso, economista como Cesar Villalona, estiman que el proyecto de presupuesto infla algunos ingresos, incluye más endeudamientos, recorta recursos de las áreas sociales, provoca despidos y afecta servicios de salud y educación, entre otros y a la vez continuará el endeudamiento del país.
Por otra parte, una encuesta CID Gallup reveló en la semana que entre los salvadoreños existe una gran acogida a programa de seguridad del gobierno.
La pesquisa mostró que el 84 por ciento de la población está a favor de la continuidad del régimen de excepción, medida que fue prorrogada esta semana por trigésima primera ocasión, y que facilitó el combate a las pandillas y el arresto de cerca de 81 mil 900 pandilleros y presuntos colaboradores.
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