El pasado 3 de octubre el MV Merdi salió de Minova, territorio de Kalehe en la provincia de Kivu Sur, y zozobró alrededor de las 11:00, hora local, a 700 metros del puerto de Kituku, en Goma, capital de Kivu Norte, ante la vista horrorizada de quienes aguardaban en tierra.
El accidente dejó un saldo de 23 muertos y 58 supervivientes, según las autoridades, y el presidente de la RDC, Félix Tshisekedi, envió un mensaje de condolencias.
El mandatario indicó, además, tomar todas las medidas en favor de las personas afectadas y dar el mayor apoyo a la investigación para aclarar las causas del suceso, lo que permitirá disponer acciones con el propósito de detener este tipo de incidentes.
La sobrecarga de las embarcaciones suele aparecer como uno de los factores relacionados directamente con estos acontecimientos, y esta vez no parece ser diferente.
Baste decir que la lista oficial de embarque aún no fue divulgada, lo que genera discrepancias entre las informaciones brindadas, mientras fuentes de la sociedad civil hablan de alrededor de 300 personas que viajaban en el MV Merdi, además de la carga transportada, lo que significaría que aún hay cientos de desaparecidos.
Ya el jefe del puesto del lago Minova fue suspendido de sus funciones, por estar bajo sospecha de haber permitido la sobrecarga de pasajeros y mercancías en el barco; sin embargo, un abordaje más profundo lleva a mirar más allá de las posibles negligencias y considerar elementos que inciden indirectamente.
La víspera los habitantes de Kalehe demandaron la rehabilitación de la carretera nacional número 2 (RN2), que conecta la ciudad de Bukavu en Kivu Sur, con Goma, a través de Minova; para evitar la ruta fluvial.
Se trata de un eje actualmente controlado por los rebeldes del Movimiento 23 de Marzo (M23), una de las cuestiones a las que hacía alusión también el presidente Tshisekedi en su comunicado.
El jefe de Estado mencionó que, debido a la ocupación de varios territorios por el M23 y tropas de Ruanda, las personas se ven obligadas a trasladarse desde Minova a Goma en embarcaciones.
El presidente de la sociedad civil territorial de Kalehe, Delphin Birimbi, se refirió por su parte a que los comerciantes se ven obligados a utilizar el lago Kivu para abastecer a Goma, a pesar del riesgo de naufragio, y pidió al Gobierno que reconstruya la RN2 Bukavu-Goma.
También solicitó la entrega de cuatro barcos prometidos por el jefe de Estado, pues las malas condiciones de las embarcaciones igualmente suelen aparecer entre las causas directas de las tragedias.
Otros factores que se reiteran son la navegación nocturna y las condiciones de dragado en las rutas de navegación.
El ministro de Justicia, Constant Mutamba, ordenó a los fiscales generales de Kivu Sur y de Kwango que iniciaran procedimientos y detuvieran a todas las personas que fuera preciso para el proceso de investigación de los naufragios ocurridos en el lago Kivu y en el río Kwango.
Según un comunicado, estas medidas cautelares están dirigidas a los jefes de las divisiones provinciales de transporte, a los funcionarios de la administración responsables del control de los barcos, así como a los directores de las empresas propietarias de los barcos implicados en estos accidentes.
En tanto, jóvenes de Goma protagonizaron una protesta por la falta de servicios adecuados para encontrar y recuperar los cuerpos que permanecen bajo las aguas, cuyos familiares esperan para dar un funeral digno.
En agosto, 28 personas murieron en el río Lukeni, en la provincia de Maï-Ndombe; en junio, en ese mismo territorio, pero en el río Kwa, más de 80 personas desaparecieron y 17 cuerpos se recuperaron sin vida tras el hundimiento de una embarcación que transportaba más de 270 pasajeros y mercancías.
Son apenas dos ejemplos recientes de un problema, traspasado por el conflicto armado, la necesidad, el afán de lucro y la negligencia.
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