El anuncio de las negociaciones desató un escándalo y una catarata de pronunciamientos con denuncias que evocan un atentado a la soberanía y la seguridad nacionales y exigencias al gobierno de que detenga la operación.
En una declaración, alrededor de 60 diputados del oficialismo y sus aliados y conservadores (derecha republicana) alertaron sobre la eventual cesión de Opella al fondo estadounidense CD&R por unos 15 mil millones de euros.
“El doliprane es un medicamento esencial para la salud de millones de franceses”, subrayaron los parlamentarios, quienes tildaron la posible venta de una acción contraria al restablecimiento de la soberanía sanitaria.
También el partido de izquierda La Francia Insumisa y el dirigente conservador Laurent Wauquiez abogaron por el bloqueo del Estado a la operación.
Por su parte, la líder de los ecologistas, Marine Tondelier, consideró un gran escándalo la noticia, al señalar en las redes sociales que “la dependencia de nuestro país continúa. Ninguna lección habremos sacado de la Covid”.
Desde la extrema derecha, el presidente de Agrupación Nacional, Jordan Bardella, llamó un acto peligroso la venta de Opella, tanto en materia de soberanía como de empleo.
Resultaría incompresible que el Estado lo permita, dijo.
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