En una declaración emitida a propósito del aniversario del conflicto, los firmantes pidieron a la comunidad internacional actuar frente a lo que calificaron como un genocidio para la población de Gaza y los territorios ocupados.
La actual escalada, advirtieron, amenaza con romper el sistema multilateral internacional.
Asimismo, recordaron la retórica genocida de Tel Aviv, incluida la del primer ministro, Benhamin Netanyahu, que dio paso a la entrada del ejército en la Franja de Gaza en octubre de 2023.
“Un año después, la promesa de los dirigentes israelíes de destruir Gaza se ha cumplido, dijeron los expertos y relatores al calificar el estado actual de la Franja como “un páramo de escombros y restos humanos, donde los supervivientes luchan por aferrarse a la vida entre privaciones y enfermedades”.
Las bombas israelíes no han perdonado a nadie: ni periodistas, ni estudiantes, ni académicos, ni médicos, ni enfermeras, ni bebés, ni mujeres embarazadas, ni discapacitados, ni funcionarios, ni personas en busca de alimentos y seguridad, ni trabajadores humanitarios, añadieron.
El comunicado instó a actuar frente a esos actos injustificables, en consonancia con las obligaciones morales y jurídicas de los estados para prevenir atrocidades y preservar el orden jurídico internacional, los derechos humanos y la humanidad.
“Nuestros llamamientos han sido en gran medida desoídos, junto con los de millones de personas de todo el mundo que han utilizado sus plataformas para abogar por el fin de la violencia, y que siguen enfrentándose a tácticas represivas para silenciar y castigar sus voces, en varios países”, dijeron.
De acuerdo con los expertos, el orden jurídico internacional se resquebraja ante estas atrocidades, que ignoran los llamados de la Corte Internacional de Justicia, la Asamblea General e incluso el Consejo de Seguridad de la ONU.
La incapacidad para garantizar un alto el fuego y la rendición de cuentas de los responsables o cómplices, no sólo ha permitido la continuación de una brutalidad sin precedentes, sino que la ha extendido a toda la región, remarcaron.
“La comunidad internacional debe actuar con la máxima urgencia para cambiar la trayectoria de la violencia si queremos evitar una conflagración a gran escala con consecuencias impensables, sobre todo para los niños”, pidieron.
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