El número de muertos arrastrados por las aguas u otras causas, asciende a 550, asimismo unas 210 mil casas fueron borradas de la faz de la tierra por la fuerza de los torrentes, siempre según informes recopilados en esta ciudad, capital del país.
La suma de damnificados por las riadas en esta temporada de lluvias, que debe culminar este mes, asciende a un millón 900 mil de los cuales al menos 85 mil son mujeres embarazadas, afirma un resumen completado por el Fondo de Población de la ONU (Unfpa, en inglés).
Otros daños por las precipitaciones y los aluviones incluyen 42 mil hectáreas de tierras cultivadas y unas 72 mil cabezas de ganado, estadísticas devastadoras para un país que en febrero pasado declaró emergencia alimentaria y nutricional.
Las autoridades sanitarias estiman que los daños son peores que los que puede causar una pandemia por el hacinamiento de damnificados en albergues sin condiciones de higiene ni abasto de agua potable, lo que propicia brotes de diarrea, malaria, e infecciones cutáneas y respiratorias.
Ante este cuadro dantesco, el gobierno chadiano comenzó a proveer a los damnificados medios de higiene y protección, incluido el despliegue de 248 comadronas de entes humanitarios para atender los casos más urgentes.
Chad en modo alguno está solo en esta tragedia, varios países de las regiones occidental y central atraviesas tribulaciones semejantes, acorde con los informes de sus respectivas autoridades.
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