La víspera las llamas redujeron a escombros la iglesia de San Francisco, también conocida como de San Antonio de Padua por el nombre de la parroquia donde estaba ubicada, que en 1994 fue declarada Patrimonio Nacional.
El templo fue edificado a finales del siglo XIX, en medio del auge de la explotación del salitre en la zona norte de Chile, y representaba un símbolo de la urbe perteneciente a la Región de Tarapacá.
Un día antes del siniestro el Cuerpo de Bomberos controló un conato de fuego en el interior del edificio.
Según declaraciones del obispo de Iquique, Isauro Colivi, la mañana del viernes visitó el lugar y constató que todo estaba normal; sin embargo, horas después se desató el incendio que consumió la instalación hecha por completo con maderas finas.
La jefa de la Brigada Investigadora de Delitos contra el Medio Ambiente y Patrimonio Cultural, Maritza Cossío, dijo este sábado que su equipo se sumó a las tareas realizadas por los detectives de la región con el propósito de esclarecer las causas del desastre.
“Estamos llevando a cabo las diligencias necesarias para determinar si hubo participación de terceros y establecer responsabilidades”, agregó.
Además, indicó, se hará una evaluación de la magnitud del daño en el lugar, de gran importancia para la comunidad de Iquique y toda la región de Tarapacá.
El delegado presidencial de Tarapacá, Daniel Quinteros, confirmó la destrucción total de la edificación y calificó el hecho como una catástrofe patrimonial para la región.
Las llamas provocaron en total 10 heridos, seis bomberos y cuatro vecinos, entre ellos el sacristán de la iglesia, y dañaron tres viviendas aledañas.
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