El titular del organismo instó firmemente a todas las partes a cumplir con el derecho internacional humanitario al tiempo que recordó lo establecido por las normas del derecho internacional para la protección y respeto de la población.
Stéphane Dujarric, portavoz del organismo, aseguró que más de 50 mil personas fueron desplazadas de Jabalia, una porción aislada en la Franja, mientras otras permanecen varadas en sus hogares en medio de un aumento de los bombardeos y los combates.
La arremetida de las Fuerzas de Defensa de Tel Aviv obligó además al cierre de pozos de agua, panaderías, puntos médicos y refugios, así como a suspender los servicios de protección, tratamiento de la desnutrición y los espacios temporales de aprendizaje, afirmó.
Por su parte, la vicesecretaria general interina de Asuntos Humanitarios de la ONU, Joyce Msuya, reclamó el fin de las atrocidades que los palestinos en Gaza se ven obligados a soportar.
“Realmente no hay ningún lugar seguro en Gaza al que la gente pueda ir”, lamentó la alta representante.
Poco antes, el comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados Palestinos (Unrwa), Philippe Lazzarini, calificó al enclave como “un infierno interminable”.
“Todo esto no debe convertirse en la nueva norma. La humanidad debe prevalecer”, escribió en respuesta a los bombardeos de las Fuerzas de Defensa del Tel Aviv este lunes contra el patio del hospital de Al Aqsa y una escuela de la Unrwa.
De acuerdo con Lazzarini, la instalación educativa iba a formar parte de la segunda ronda de la campaña de vacunación contra la polio que inició en la mañana del lunes.
Según reportes de prensa, al menos 25 personas murieron en las primeras horas como consecuencia de los bombardeos israelíes contra una escuela que albergaba a personas desplazadas en el campamento de refugiados de Nuseirat y contra tiendas de campaña instaladas en el hospital de Al Aqsa, de la ciudad de Deir al Balah.
Los impactos contra la instalación sanitaria provocaron un incendio que arrasó el campamento donde permanecían personas desplazadas, dejando más de dos docenas con quemaduras graves.
Las fuerzas israelíes aseguraron que se dirigía a militantes que permanecían entre los civiles, pero no proporcionaron pruebas.
La agresión se suma a una larga lista de acciones similares de las tropas de Tel Aviv que golpean repetidamente refugios y campamentos de tiendas de campaña con la excusa de atacar a miembros del grupo Hamas.
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