Medios de prensa difundieron imágenes de los aviones de combate Su-24 y Su-34 lanzando una serie de ataques aéreos contra fortificaciones y sedes subterráneas en las zonas rurales del norte, oeste y suroeste de la provincia septentrional de Idlib y en los montes en el extremo noroeste de Latakia.
Fuentes militares indicaron que al menos 42 incursiones fueron lanzadas tras intenso proceso de monitoreo por los aviones de reconocimiento sobre las zonas donde están desplegadas las organizaciones terroristas en Idlib, en particular, la cordillera de Kabani, la llanura de Al-Ghab y las proximidades del municipio de Jesser Al- Shughur y la meseta de Al-Zaweh.
Fueron destruidos tres centros de entrenamiento de los extremistas, un almacén de municiones y equipos bélicos, y dos talleres de modificación y fabricación de drones, afirmaron.
Asimismo, los militares sirios derribaron un dron cargado con un artefacto explosivo que intentaba atacar una de las posiciones militares.
Los militares rusos y sirios aseguraron que estos ataques se llevaron a cabo para impedir que los grupos extremistas presentes en la denominada Zona de Distensión de Idlib atacaran sitios en territorio controlado por el gobierno sirio utilizando drones y cohetes.
Siria enfrenta una guerra impuesta desde 2011 y aunque su ejército, con el apoyo de sus aliados Rusia e Irán, liberó la mayor parte del territorio nacional de los radicales, ocurren algunos ataques que Damasco atribuye a grupos apoyados desde el exterior para seguir desestabilizando al país.
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