Al anunciar el programa durante un debate abierto del Consejo de Seguridad, la vicesecretaria general del organismo, Amina Mohammed, reclamó la necesidad de potenciar los derechos de las féminas mientras estos son erosionados y se les niega una voz igualitaria en la toma de decisiones.
Según detalló, el proyecto reúne a mediadores mundiales, incluidas las Naciones Unidas, los estados miembros junto a organizaciones regionales y no gubernamentales para tomar «medidas voluntarias pero concretas» hacia la participación equitativa en todos los procesos de paz.
El Compromiso incluye el nombramiento de mediadoras principales al tiempo que garantizar que las mujeres sean una parte integral de los equipos de mediación.
Igualmente, aboga ante los representantes de las partes beligerantes para que se establezcan objetivos concretos que promuevan la participación directa y significativa de las mujeres.
Los equipos consultarán de manera sistemática con una amplia gama de liderezas y la sociedad civil en todas las etapas de los procesos de paz.
A la par, el compromiso busca incorporar experiencia en materia de género en los equipos de mediación para garantizar que los acuerdos de paz tengan en cuenta las cuestiones de género.
Ningún mediador por sí solo puede marcar la diferencia, dijo Mohammed al reconocer que la acción colectiva y la solidaridad son cruciales en el panorama más amplio de la mediación mundial actual.
Por su parte, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, Sima Bahous, aseguró que la exclusión de los derechos de las féminas y la privación de su autonomía en la toma de decisiones puede significar la diferencia entre la vida y la muerte.
La creciente oposición a la igualdad de género está erosionando sus derechos en muchas áreas, lo que se manifiesta con dureza en las zonas de conflicto, donde las consecuencias son aún más letales.
La reunión, convocada por la presidencia suiza del Consejo, coincidió con el aniversario 79 de la entrada en vigor de la Carta de la ONU, y el 24 de la resolución 1325 del Consejo de Seguridad.
Ese histórico instrumento, aprobado por unanimidad el 31 de octubre de 2000, fue el primer reconocimiento oficial de las dimensiones de género de los conflictos y del papel esencial de las mujeres en su resolución y la consolidación de la paz.
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