El conflicto “tiene profundas implicaciones económicas a corto plazo, incluyendo una contracción significativa en sectores clave como el turismo, la agricultura, la manufactura, el comercio y otros servicios”, advirtió el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD).
Incluso, acotó, si las hostilidades cesaran a fines de 2024, la economía podría declinar un 2,3 por ciento adicional en 2025 y un 2,4 por ciento en 2026.
Esto se debe, según el reporte, entre otras causas, a la ralentización de la actividad económica, el lento repunte previsto de los esfuerzos de recuperación y reconstrucción, y las pérdidas de capital en la totalidad de las ramas.
Según el pronóstico, la pérdida de dinamismo económico puede traducirse también en una caída de los ingresos públicos del 3,2 por ciento en 2025 y del 3,1 por ciento en 2026, lo cual agravará los retos fiscales del Gobierno y su capacidad para mantener los servicios públicos esenciales.
«La población libanesa no solo se enfrenta a la amenaza inmediata para la vida, sino también al aumento de la pobreza, la creciente inestabilidad social y los disturbios civiles”, dijo el administrador del PNUD, Achim Steiner.
Bajo el nombre «Economic and Social Consequences of the Escalating Hostilities in Lebanon», el diagnóstico subraya que el riesgo de una mayor implicación regional y las avanzadas tecnologías militares empleadas en 2024 diferencian el conflicto actual de los anteriores.
Esta coyuntura tendrá un impacto profundo y de gran alcance en el PIB, el empleo y la trama social del país.
La escala de las hostilidades actuales, el contexto geopolítico, el impacto humanitario y las repercusiones económicas en 2024 pudieran ser mayores que en la guerra de 2006, que provocó una caída del PIB de entre el ocho y el 10 por ciento (una pérdida de entre dos mil 500 y tres mil 600 millones de dólares), según la entidad de Naciones Unidas.
El Índice de Desarrollo Humano (IDH) del Líbano ya se ha visto afectado por la crisis económica desde 2019, y aunque los efectos de este tipo de proceso suelen tardar años en reflejarse en el IDH, las consecuencias del actual conflicto perjudicarán tanto a las generaciones presentes como a las venideras, remarcó el organismo.
Por su parte, la agencia de la ONU para los Refugiados (Acnur) denunció este viernes los repetidos ataques de Israel cerca de instalaciones fronterizas entre Líbano y Siria.
“Es una enorme preocupación para Acnur, ya que reduce la capacidad de la población de huir de la violencia y buscar seguridad”, declaró a la prensa acreditada ante la ONU en Ginebra la portavoz de Acnur Rula Amin, en conferencia de prensa virtual desde Amán, la capital jordana.
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