En un comunicado divulgado por su oficina, la enviada lamentó el ciclo mortal de violencia que se expande y provoca «cada vez más devastación y sufrimiento a su paso».
De acuerdo con la diplomática, la Organización Mundial de la Salud verificó desde septiembre 53 ataques a instalaciones sanitarias, con un saldo de 99 muertes y 82 lesiones entre el personal sanitario.
«Ocho hospitales de todo el Líbano han sido totalmente evacuados, y otros siete fueron parcialmente evacuados debido a daños o proximidad a áreas de bombardeo”, agregó.
Como resultado, detalló, la capacidad de camas de hospital en áreas afectadas por conflictos se ha reducido drásticamente y aumentado la tensión, a su vez, en los hospitales de otras áreas.
Otros 27 ataques se han dirigido a ambulancias utilizadas por los socorristas mientras que casi la mitad de todos los centros de salud primaria en las áreas bajo fuego cerraron.
La representante recordó que a inicios de esta semana, un ataque israelí cerca de la entrada del Hospital Universitario Rafik Hariri, el centro público más grande del Líbano, mató a 18 personas, incluidos cuatro niños y cuatro miembros del personal, con otros 60 heridos.
Poco después, otra instalación médica en los suburbios del sur de Beirut fue abandonada en medio de un pánico generalizado tras las acusaciones hechas sobre el uso de sus instalaciones.
Según la coordinadora, las agresiones contra el sector de la salud coinciden con las crecientes necesidades humanitarias, especialmente entre los desplazados.
“Con un saneamiento deficiente y condiciones de hacinamiento en los refugios colectivos, el riesgo de brotes de enfermedades es real”, alertó al confirmar que las autoridades sanitarias ya registraron un caso de cólera.
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