En conferencia de prensa, el portavoz adjunto del secretario general de la ONU (António Guterres), Farhan Haq, ratificó la voluntad de apoyar a la nación también afectada por la desconexión total de su sistema electroenergético la semana anterior.
De acuerdo con el vocero varias entidades del Sistema de Naciones Unidas alistan insumos previamente preposcionados para la respuesta.
Con ese objetivo, la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios envió un pequeño equipo desde Panamá que liderará los esfuerzos.
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos llevó ayuda para 275 mil personas durante 60 días mientras que el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia espera llegar a más de 40 mil cubanos con agua, higiene, alojamiento y educación.
El lunes último, el organismo confirmó que su Equipo Técnico de Emergencia permanecía activado y en contacto con sus homólogos nacionales a través de su coordinador residente en la mayor de las Antillas, Francisco Pichón.
La tormenta Oscar, que cruzó el oriente del país, dejó en el pequeño estado caribeño un saldo de siete víctimas mortales y cuantiosos daños materiales.
El huracán provocó además lluvias significativas en las provincias del este y centro por varios días.
En coincidencia con los embates, el país enfrentó un tenso contexto a causa de las desconexiones del Sistema Electroenergético Nacional (SEN).
El pasado 18 de octubre, el SEN sufrió una desconexión total que provocó apagones prolongados, restablecidos a mediados de semana.
Según el ministro de Energía y Minas cubano, Vicente de la O Levy, las caídas del Sistema tras el colapso total, se deben a su debilitamiento, causa en buena medida del impacto del cerco económico de Estados Unidos contra Cuba.
La escasez del carburante representa el principal problema para el sector, en lo que influye determinante el brutal bloqueo económico, comercial y financiero de más de seis décadas.
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