“Hay por ahí algunas voces que persisten en la división y las mentiras y en los ataques injustificados”, afirmó sin más precisiones en el acto de entrega a la Policía Nacional de 70 automóviles incautados a organizaciones delictivas.
Agregó que “a ellos les decimos que nada detendrá nuestro trabajo para construir un Perú mejor”, horas después de que fuera abucheada por un grupo de mujeres tras la inauguración de una nueva escuela en Lurigancho-Chosica, municipio del este de Lima.
Las manifestantes lanzaron duros calificativos contra la jefa de Estado y huevos sobre el automóvil en el que se retiraba bajo fuerte custodia policial para ser evacuada en helicóptero.
De otro lado, el ministro de Salud, César Vásquez, fue abucheado durante un acto en un hospital estatal, por manifestantes que condenaban con fuertes lemas a la mandataria.
El Gobierno de Boluarte ha enfrentado en las últimas semanas importantes manifestaciones de protesta de transportistas pequeños comerciantes y comerciantes, estudiantes y organizaciones vecinales.
Las expresiones de malestar tienen como principal motivo el desborde de la delincuencia organizada que se traduce en extorsiones masivas y asesinatos diarios que han llegado a ser seis en un solo día en Lima.
La jefa de Estado sostiene que elementos hostiles a su administración utilizan el malestar con fines políticos y se niega a atender la demanda de las protestas, de cesar al ministro del Interior, Juan José Santiváñez, quien, afirman, ha fracasado en la lucha contra la delincuencia.
Recientes encuestas de las empresas Ipsos y Datum consignaron que Boluarte registró este mes 92 por ciento de desaprobación, la más alta de un gobernante peruano, al menos desde 1980.
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