La terminal solo está pendiente de los últimos toques, según comprobaron el ministro de Transportes y Comunicaciones, Raúl Pérez, y un enjambre de periodistas invitados por el consorcio Qosqo Shipping–Volcan.
Por su ubicación, Chancay reducirá el tiempo de llegada de la carga a China y Asia en general, de 35 días que demora un viaje marítimo hasta el norte del continente, a solo 25 de ruta directa a su destino, lo que reducirá el costo de las exportaciones peruanas y el de los productos importados de China.
En su primer año, el megapuerto recibirá o embarcará un millón de contenedores de gran capacidad que ingresarán por un túnel de 1,8 kilómetros y tres carriles y serán transportados en forma automática, sin manipulación humana, y colocados en los barcos por enormes grúa pórtico.
Cuenta con cuatro muelles de mil 500 metros, 27 grúas y 40 vehículos autónomos, así como silos para el embarque y desembarque de granos.
Para Perú, Chancay significará un impulso al desarrollo por el incremento de las exportaciones a China y otros mercados asiáticos pero también porque será de utilidad para países vecinos como Brasil, Colombia, Bolivia y Paraguay, que podrán llegar con mayor facilidad a mercados asiáticos.
Chancay comenzará sus operaciones con dos buques de transporte de contenedores y prevé la apertura de rutas marítimas desde Colombia, Chile y Ecuador, para recibir y enviar a Asia hasta 24 mil contenedores de esos países.
Pérez, quien con una buena dosis de optimismo dice que su país aspira a convertirse en el Singapur (emporio portuario) de Latinoamérica, recordó que Chancay hace posible establecer zonas económicas especiales en las cercanías del megapuerto.
En esas zonas se podrá fabricar productos chinos y hasta ensamblar automotores y productos peruanos o de países vecinos para su embarque a China y otras naciones asiáticas.
Todavía están pendientes construcciones complementarias, como nuevas vías de acceso a Chancay e instalaciones de servicios complementarios para la terminal, que despachará el primer embarque con carne y otros productos congelados de Brasil.
La primera etapa del megapuerto se construyó con una inversión de mil 400 millones de dólares. La segunda fase se edificará durante cuatro años y triplicará la capacidad actual.
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