Al intervenir ante la Asamblea General, la embajadora chilena en Naciones Unidas, Paula Narváez, denunció que esta medida coercitiva unilateral, mantenida en vigor desde hace más de seis décadas, impacta gravemente a los cubanos.
La diplomática se refirió a los daños provocados en el crecimiento económico y el acceso a recursos financieros esenciales, lo cual afecta sectores cruciales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible en áreas de salud, seguridad alimentaria, energía, turismo e inversión.
Todo esto “se ve agravado por la inclusión del país caribeño en la lista de promotores del terrorismo, lo que no sólo es falso sino que además nos violenta, pues afecta injustamente al pueblo de Cuba”, declaró.
Narváez hizo alusión al informe del secretario general de la ONU, António Guterres, el cual afirma que la persecución a las transacciones financieras cubanas en terceros países continúa limitando la inversión extranjera y el acceso a créditos de desarrollo.
“Constatamos con preocupación la situación energética de Cuba, agravada por el bloqueo y el huracán Oscar, y celebramos el anuncio realizado por Brasil para la activación de medidas para suministrar combustible y alimentos por diversos canales, que esperamos pueda multiplicarse”, dijo.
La embajadora chilena recordó que a lo largo de muchas décadas, Cuba ha demostrado un compromiso constante y una contribución valiosa a la comunidad internacional, con su asistencia a otros países en tiempos de necesidad.
Reiteró que el cerco económico, comercial y financiero “es una violación flagrante y sistemática de los derechos esenciales de más de 11 millones de cubanos, una realidad que la comunidad internacional ha denunciado repetidamente y que, una vez más, pide finalizar”.
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