Al cierre del domingo, el Ministerio de Salud notificó también 13 mil 402 heridos en un saldo no definitivo debido a la continuidad de los bombardeos.
En el distrito sureño de Nabatieh, aviones de combate apuntaron a las áreas de Marj Harouf, Arabsalim y Zawtar al-Sharqiya; en tanto, un dron lanzó misiles guiados contra un automóvil cerca de un puesto de control del Ejército libanés en el poblado de Yahoun, en Bint Jbeil.
Los cazas israelíes bombardearon en tres ocasiones las proximidades del hospital gubernamental en el pueblo de Tibnin y destruyeron una casa en la localidad de Shaqra, en la propia zona de Bint Jbeil.
Cinco civiles fallecieron, incluido dos niños, por una incursión sionista contra un edificio en la llanura de Khiam y el trabajo de remoción de escombros continúa en medio de las difíciles condiciones climáticas y la necesidad de maquinaria pesada.
De acuerdo con reportes locales, un dron israelí apuntó al parque de la ciudad de Tiro, cerca del Restaurante Tiro y un ciudadano falleció tras un ataque dirigido a Al-Ghaziyeh.
La cámara de la red panárabe Al Mayadeen filmó la destrucción causada por la agresión israelí en la localidad sureña de Haret Saida, que cobró la vida de tres personas y heridas a otras nueve.
En el este del país, los aviones de combate lanzaron bombas contra un edificio en el distrito de Kayal, en las afueras de la urbe de Baalbek, mientras destruyeron la cafetería y restaurante Mashawi Al Reda, a decenas de metros del hospital gubernamental.
Otras incursiones tuvieron como blanco la localidad de Labaya, las cercanías de Sohmar y las afueras del poblado de Mashghara en la Bekaa occidental.
Bajo la falsa narrativa de atacar objetivos militares de la Resistencia de Líbano (Hizbulah) y con la complicidad de Estados Unidos, las fuerzas de Israel masacran a la población, destruyen infraestructura civil, asesinan a profesionales de los medios y a personal humanitario, además de lanzar municiones prohibidas internacionalmente.
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