Tras un intenso fin de semana, con agresiones reportadas en Sidon, Baalbek y Beirut, el organismo condenó la pérdida de vidas y reclamó respeto por el derecho internacional, los civiles y su infraestructura.
Las tropas de la ONU desplegadas a lo largo de la Línea Azul que separa al Líbano de Israel denunciaron además otro impacto el pasado 2 de noviembre, cuando las operaciones de demolición de la Fuerzas de Defensa de Israel afectaron a una de sus posiciones cerca de Markaba, en el Sector Este.
Según la Fpnul, otra explosión cercana también dañó a uno de sus vehículos en la sede de Naqoura, aunque no se reportaron lesionados.
“Recordamos una vez más a todos los actores la inviolabilidad de las instalaciones de la ONU y su responsabilidad de proteger a los pacificadores”, dijo este lunes a la prensa Stéphane Dujarric, portavoz del secretario general, António Guterres.
El vocero reiteró sus llamados a detener la violencia de inmediato así como la voluntad de Naciones Unidas de apoyar un alto al fuego y una solución diplomática.
Por su parte, la Oficina para la Coordinación de Asuntos Humanitarios aseguró que la situación en el Líbano ha alcanzado niveles que superan la gravedad de la guerra de 2006.
“El sector sanitario sigue enfrentándose a ataques incesantes, con instalaciones, personal y recursos cada vez más atrapados en el fuego cruzado, lo que tensiona aún más la ya frágil infraestructura sanitaria del Líbano”, advirtió la entidad en su más reciente acualización.
La Organización Mundial de la Salud estima que al menos 110 trabajadores del sector murieron compliendo con su deber en el Líbano en los últimos 13 meses, un período en el que reportaron 60 ataques a instalaciones sanitarias.
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