Ubicado en el sur del país, el recinto penal fue reestructurado este año con el objetivo de recibir a reos peligrosos, incluidos líderes de pandillas, señaló la Agencia Guatemalteca de Noticias (AGN).
El mandatario subrayó que el país necesita instalaciones penitenciarias que realmente sirvan a la justicia y no como refugios de criminalidad, y calificó la nueva estructura como “un paso firme hacia un sistema penitenciario eficiente, porque el pueblo de Guatemala demanda seguridad”.
La prisión era conocida antes como “El Infiernito”, un lugar donde la criminalidad y la corrupción prosperaban bajo el amparo de un sistema débil.
Extorsiones, tráfico de drogas y otros delitos se organizaban desde dentro, lo que convertía a la prisión en un cuartel para actividades ilícitas, apuntó el informe de la AGN.
En este centro, agregó el texto, los reos disfrutaban de privilegios y lujos, mientras que otros soportaban condiciones de vida precarias. Sin embargo, hoy “Renovación I” opera bajo un régimen uniforme, eliminando beneficios y ajustando el trato a los reclusos según sus delitos y no su influencia en la cárcel, indicó.
Arévalo enumeró varios avances tecnológicos con los que cuenta la nueva cárcel, entre ellos dispositivos de rayos X para interceptar el ingreso de armas o sustancias ilícitas. Ahora tenemos el control, subrayó el Presidente. También en la renovación se buscó mejorar las condiciones laborales de los guardias penitenciarios, quienes antes se encontraban expuestos a un entorno riesgoso, conviviendo estrechamente con los privados de libertad y trabajando en condiciones insalubres.
El gobernante, citado por la AGN, aseguró que esta iniciativa forma parte de una estrategia amplia para asegurar la paz en Guatemala sin recurrir a prácticas autoritarias.
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