«Los resultados mostraron que perdimos», escribió este miércoles el candidato presidencial en su canal de Telegram, y enfatizó que según los votos escrutados solo dentro del país, iba por delante su rival y actual presidenta moldava, Maia Sandu.
«La mayoría de ustedes depositaron su confianza en mí, y estoy inmensamente agradecido a cada uno de ustedes. Esta es una victoria moral que ha sonado claramente desde todas las partes del país: Moldavia quiere otra cosa y la quiere ahora», agregó.
Moldavia anhela justicia, unidad respeto hacia las personas, expresó Stoianoglo y calificó como «artificial y débil» la victoria de Sandu.
Si el triunfo se basa en la suciedad, el miedo, el odio y la censura, la derrota es inevitable. Es solo cuestión de tiempo. La manipulación, el lenguaje de odio y la división no pueden ser una base a largo plazo, enfatizó.
Además, Stoianoglo acusó a «los organismos estatales clave» de manipular a la población, propagar el pánico y ejercer presión «en beneficio de un régimen que busca mantenerse en el poder a toda costa».
El candidato destacó que su derrota en las elecciones no es definitiva, «es solo una batalla perdida».
Moldavia celebró el 3 de noviembre la segunda ronda de las elecciones presidenciales, que le otorgó un segundo mandato a Sandu, que aventajó a Stoianoglo con un 55,33 por ciento de votos frente al 44,67.
En la primera vuelta, Sandu cosechó un 42,45 por ciento de apoyos, y Stoianoglo un 25,98. La segunda ronda se celebró porque ningún candidato obtuvo el 50 por ciento de los apoyos, necesario para proclamar la victoria.
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