Por Deisy Francis Mexidor
El ahora virtual presidente electo, de 78 años, aventajó a su rival demócrata, la vicepresidenta Kamala Harris, poco después de abrir ayer los centros de votación en todo el país hasta que impuso su marca en los siete estados clave del ciclo electoral: Pensilvania, Michigan y Wisconsin, el llamado Muro Azul, junto con Carolina del Norte, Georgia, Arizona y Nevada.
Eran conscientes ambos candidatos que quien obtuviera los 19 votos electorales que aportaba Pensilvania tendría el camino casi expedito hacia la victoria, por eso se emplearon previamente en una campaña maratónica para tratar de captar hasta el último elector.
Datos históricos recuerdan que ningún demócrata logró las llaves de la mansión ejecutiva desde 1948 sin antes conquistar ese estado del noreste.
Trump no solo recuperó Pensilvania cuatro años después de que Joe Biden se lo arrebató en 2020, sino que el Muro ya no será Azul sino Rojo. Un indicador interesante es que en esta elección ganó Florida por un margen mayor que en 2020, incluido el condado de Miami-Dade, lo que subrayó la afinidad republicana del Estado del Sol.
Finalmente alcanzó una amplia mayoría de los votos del Colegio electoral (286 de los 270 requeridos), superioridad en el voto popular (aunque este es simbólico) y en el Congreso el Partido Republicano se alzó con el control del Senado (52 escaños de 100).
No se descarta que cuando termine el conteo oficial retengan el dominio de la Cámara de Representantes.
De esta forma, Trump será el primer presidente en más de 130 años en perder la Casa Blanca y ganarla otra vez, luego de Grover Cleveland en 1892.
Su presidencia empezará con varios asuntos pendientes en tribunales, pero el propio Trump se encargó de sugerir que de retomar el Despacho Oval podría hacerlos desaparecer y hasta perdonar, por ejemplo, a los juzgados y condenados por el ataque violento al Capitolio federal el 6 de junio de 2021.
“El real veredicto será el 5 de noviembre”, advirtió en mayo tras ser hallado culpable de 34 delitos graves relacionados con la falsificación de registros comerciales para encubrir el pago de 130 mil dólares a una actriz de cine para adultos justo tiempo antes de las elecciones de 2016.
Mientras celebraba esta madrugada con sus simpatizantes en Mar-a-Lago, Florida, afirmó el presidente electo que el suyo es el “mayor movimiento político de todos los tiempos”.
“Nunca ha habido algo así en este país (…) Vamos a arreglar nuestras fronteras; vamos a arreglar todo lo relacionado con nuestro país…superamos obstáculos que nadie creía posibles”, añadió.
Por su parte, los demócratas sin dudas debieron sentirse optimistas con la posibilidad de que Harris podía convertirse en la primera mujer presidenta de Estados Unidos hasta que vieron cómo en la medida que avanzaba la noche de elecciones Trump comenzaba a sumar y superar los 200 votos electorales.
Entonces empezaron a tener la misma sensación de hundimiento de hace ocho años cuando Trump sorprendió al mundo político y derrotó a Hillary Clinton, acotó el diario The Hill.
De ninguna manera los demócratas tendrán como endulzar la derrota. El triunfo de Trump de esta manera en una carrera que encuestas y analistas calificaron de demasiado reñida tal vez abre no pocas interrogantes.
“En cierto modo, esto es peor que 2016 porque sabemos exactamente lo que nos espera de Trump, y no es nada bueno”, enfatizó un estratega citado por el periódico.
Lo que sí no hay dudas es que, como opinó un colega, “esta no fue solo una elección, fue también un referéndum”.
Y en esa consulta se votó contra el papel de las minorías en la sociedad; la eliminación del racismo; de la discriminación de la mujer; los derechos de los LBTQ+; los derechos reproductivos; la salud y la educación para todos, y se votó por permitir que un criminal convicto en espera de sentencia sea presidente de la nación más poderosa de la Tierra”.
Lo que parecía imposible (como en 2016) ocurrió. Venció la retórica incendiaria; la xenofobia, y el mensaje divisivo, apocalíptico y de miedo.
“Trump es un genio malvado. Nos lo ha demostrado más de una vez. No necesitamos meternos en la cabeza que es posible que logre otro milagro inexplicable. Después de todo, solo necesitó girar la cabeza una fracción de milímetro. Así de bueno es”, dijo Michael Moore el pasado 15 de octubre.
Los estadounidenses escogieron no pasar la página, como exhortó desde la Elipse capitalina la vicepresidenta Harris hace unos días. Prefieren Creer que les llegará lo que prometió Trump: “la época dorada de América».
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