Por: Mario Muñoz Lozano
Igual que el aplauso de admiración a los médicos durante la pandemia de la Covid-19, cada día a las 21:00 de la noche, estos hombres y mujeres merecen también el agradecimiento de cada habitante de este archipiélago, coinciden cubanos en las redes sociales.
Hasta esos lugares llegaron, como siempre, a pocas horas del siniestro, y en este momento se les puede ver en los territorios dañados por el meteoro en Pinar del Río, Artemisa, Mayabeque o La Habana.
Dejan atrás a sus familiares, afectados como cualquier hijo de este pueblo por las mismas penurias que también deambulan entre la oscuridad de estas horas.
La dureza de estos tiempos toca por igual a las puertas de sus casas, pero así y todo se levantan, arman sus mochilas en un santiamén, y se van a la provincia o al poblado que sea para ayudar a devolverles la electricidad lo más pronto posible.
Esos que hoy no duermen y escalan postes contra reloj y bajo la lluvia, día y noche, esos que a cada minuto desafían la física y la muerte por el bien de todos los cubanos, no importan credos ni razas, son seres de luz.
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