Agentes de la inteligencia militar ucraniana intentaron reclutar a un piloto militar ruso para que desviara la aeronave al territorio bajo control de las Fuerzas Armadas de Ucrania, dice el comunicado emitido en la página oficial de Telegram del FSB.
Previamente al secuestro, el piloto tenía que envenenar a otros miembros de la tripulación, según la nota.
«El día acordado, yo iba a desviar el helicóptero a través de la línea de combate, tras haber envenenado a mis compañeros», relató el aviador (del cual no se informó nombre ni rango) en un video publicado por el FSB.
Su enlace de la inteligencia militar ucraniana, un tal Serguéi con quien intercambiaba mensajes instantáneos en Telegram, le informó de las sustancias y las dosis que harían falta para ello.
A la familia del presunto secuestrador la iban a trasladar a Ucrania vía Türkiye y Moldavia.
Un operativo de contrainteligencia, según el FSB, no solo malogró este plan sino «descubrió las posiciones de defensa aérea y lugares de acuartelamiento de las Fuerzas Armadas de Ucrania que fueron destruidos luego con un ataque eficaz».
Por su parte el canal de televisión Rossiya 24 reportó que la inteligencia ucraniana ofreció al piloto ruso entre 600 y 700 mil dólares por el secuestro, así como residencia permanente en Chequia para toda la familia.
En julio pasado, el FSB informó de un fallido intento de secuestro de un bombardero lanzamisiles de largo alcance Tupolev Tu-22M3 hacia Ucrania.
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