«Esta es una de las acciones de mayor alcance en la historia del Sistema Penitenciario», aseguró el ministro en una rueda de prensa en donde detalló que en el reclusorio existe máxima seguridad a todo nivel y, además, se dispuso que los presos porten uniforme de color naranja.
La misma cuenta con un circuito cerrado de cámaras, además de máquinas de rayos X para para interceptar el ingreso de armas o sustancias ilícitas.
Asimismo, se mejoraron las condiciones laborales de los guardias penitenciarios, quienes antes se encontraban expuestos a un entorno riesgoso, conviviendo estrechamente con los privados de libertad y trabajando en condiciones insalubres.
La cárcel, ubicada en el municipio sureño de Escuintla, conocida como El Infiernito y rebautizada como Renovación I, fue tomada en junio pasado por decenas de policías y militares, que hallaron en su interior armas, dinero, licores y animales salvajes como cocodrilos y zorros.
El pasado día 5, el presidente Bernardo Arévalo, al inaugurar el Centro de Detención de Máxima Seguridad Renovación I, diseñado para transformar las condiciones carcelarias y promover la seguridad pública, subrayó que el país necesita instalaciones penitenciarias que realmente sirvan a la justicia y no como refugios de criminalidad.
El recinto penal fue reestructurado este año con el objetivo de recibir a reos peligrosos, incluidos líderes de pandillas.
Hoy, el ministro Jiménez aseguró que “por primera vez en la historia del país, un Gobierno ha decidido enfrentar de lleno la crisis penitenciaria, con una visión estratégica, operacional y de respeto a los derechos humanos, sin que esto último signifique que no seamos restrictivos y contundentes.”
ebr/otf