Sería el quinto fenómeno meteorológico de este tipo en apenas tres semanas, tras la llegada de la tormenta Trami, el tifón Yinxing, el supertifón Kong-rey y el tifón Toraji, que tocó tierra este lunes y ya salió al mar.
De acuerdo con autoridades locales, su paso fue menos devastador que los predecesores pues no se reportan fallecidos hasta el momento.
En cambio, los tres primeros dejaron un saldo general superior a los 150 muertos y pérdidas materiales todavía incalculables.
Ante la inminencia del azote de Toraji el gobierno dispuso la evacuación de miles de personas y ordenó el cierre de varios puertos, escuelas y dependencias públicas, a fin de contener los daños por este evento climático con vientos de 130 km por hora.
La nueva amenaza es la tormenta tropical Usagi, que según la agencia meteorológica nacional afectará el noreste del país y sus vientos podrían comenzar a generar grandes olas a lo largo de esta costa en la noche.
Después de analizar su comportamiento, los científicos pronosticaron que Usagi se convertirá en tifón el próximo jueves, cuando está previsto que toque territorio filipino.
El servicio meteorológico solicitó a los propietarios de barcos pequeños abstenerse de salir al mar en estas condiciones.
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