El informe sobre el Panorama Social en la región también muestra una disminución de la pobreza extrema hasta 10,6 puntos porcentuales.
Pese a los avances, aún 172 millones de personas en el área no cuentan con ingresos suficientes para cubrir necesidades elementales y, de ellas, 66 millones no pueden adquirir una canasta básica de alimentos.
El flagelo afecta más a las mujeres que a los hombres en edad laboral y es mayor en las zonas rurales que en las urbanas (39,1 frente a 24,6 por ciento).
Con respecto a los grupos etarios, los más afectados son los niños, niñas y adolescentes, precisa el documento.
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) alertó sobre la elevada desigualdad en la región, donde el 10 por ciento de las personas de mayores ingresos concentra el 66 por ciento de la riqueza total.
El informe también alerta sobre la persistencia de altos niveles de desprotección social en Latinoamérica, donde en 2022 uno de cada cuatro hogares carecía de acceso a programas de este tipo.
La Cepal considera que las políticas de transferencias monetarias o en especie, como la alimentación escolar y los programas de inclusión laboral, son clave para vincular a las personas con los servicios sociales y avanzar en la erradicación de la pobreza y la reducción de la desigualdad.
“Enfrentar la crisis del desarrollo en la región requiere avanzar hacia sistemas de protección universales, integrales, sostenibles y resilientes”, expresó el secretario ejecutivo de la Cepal, José Manuel Salazar-Xirinachs.
En opinión del organismo de Naciones Unidas, para avanzar en la erradicación de la pobreza se requiere establecer un estándar de inversión para la protección social no contributiva de entre 1,5 y 2,5 por ciento del Producto Interno Bruto o entre 5 y 10 del gasto público total.
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