Las acusaciones contra el principal actor humanitario en Gaza tienen como propósito “despojar a los palestinos de su estatus de refugiados”, aseguró el funcionario durante una rueda de prensa.
Estamos viviendo el momento más oscuro para la Agencia en 75 años, dijo el titular quien viajó a Nueva York esta semana para pedir apoyo a los miembros de la Asamblea General, foro que otorgó el mandato a la Unrwa desde mediados del siglo pasado.
A juicio del diplomático, la condición de refugiados de los palestinos debe abordarse como “un derecho político” basado en una solución del mismo tipo.
“Por lo tanto, la UNRWA como agencia no tiene absolutamente nada que ver con esta cuestión”, insistió.
Sin embargo, el comisionado general aseguró que el organismo seguirá operando mientras pueda a pesar de las presiones de Tel Aviv.
“Nuestra determinación es no ceder a nuestro mandato de prestar servicios, y prestaremos dichos servicios hasta que nos veamos obligados a suspenderlos. ¿Cuándo será? Espero que nunca”, afirmó.
La Unrwa enfrenta una escalada de presiones sin precedentes desde que el Parlamento israelí aprobara dos leyes que restingen sus operaciones en el país y los territorios ocupados.
Las normativas fueron votadas el 28 de octubre con la intención de entrar en vigor en 90 días.
Según Lazzarini, poco se sabe sobre qué ocurrirá tras ese plazo.
“Si tenemos una política de no contacto en un lugar como Gaza, eso significa que no podremos resolver los conflictos ni coordinar ninguno de nuestros movimientos. Por lo tanto, nuestra operación será extraordinariamente difícil”, consideró.
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