La publicación, presentada por Oficina del Asesor Especial de las Naciones Unidas para la región, se define como un llamado a la acción para que los países del área recuperen su legítima autonomía financiera.
Asimismo, insiste en que sus socios de desarrollo transformen el mecanismo de financiamiento internacional en una plataforma contemporánea beneficiosa para todos, que priorice soluciones de desarrollo a largo plazo adaptadas a las realidades.
El informe proporciona una hoja de ruta para que las naciones del denominado continente negro escapen de las limitaciones de la deuda insostenible, recuperen el espacio fiscal y reorienten los recursos hacia una agenda de desarrollo sostenible.
Según la investigación de la ONU, el problema de la deuda de África se ve exacerbado por “relaciones de poder asimétricas inherentes a la arquitectura financiera y de la deuda internacionales, que favorecen a los acreedores e imponen altos costos a los países africanos”.
Por ello, el organismo insiste en la necesidad de espacio fiscal y reformas para mejorar las estructuras financieras nacionales e internacionales.
A la par, reconoce la necesidad de establecer instrumentos de deuda asequibles, una sostenibilidad previsible y la priorización de los resultados de desarrollo por sobre los intereses financieros privados.
Históricamente, la deuda de África evolucionó desde el período anterior a la independencia, en el que se financiaba la infraestructura para la extracción de recursos para su exportación a la metrópoli.
El endeudamiento posterior a la emancipación se concentró en la salud y la educación, pero no logró diversificar las economías, lo que condujo a la actual situación insostenible.
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