La investigación, denominada Sirius-23, comenzó el 14 de noviembre de 2023, y durante su desarrollo seis miembros de la tripulación, cinco rusos y un belaruso, estuvieron completamente aislados en condiciones simuladas de trabajo en la estación orbital cercana a la Luna y la superficie de esta.
El escenario del experimento incluyó la puesta en órbita en una nave de transporte seguida de un vuelo de cuatro días a la Luna y el acoplamiento con una estación orbital.
En varios alunizajes en el satélite natural de la Tierra participaron cuatro cosmonautas. El regreso a la Tierra comenzó unos días antes del final de la misión.
En total, la tripulación realizó más de 70 experimentos en las áreas de la fisiología, psicología, inmunidad y metabolismo, bioquímica y medicina, así como investigaciones sanitarias, microbiológicas y técnicas operativas.
Para diversificar y complicar el experimento, los organizadores imitaron situaciones anormales para los participantes y la tripulación tuvo que permanecer despierta repetidamente durante 36 horas.
También en el centro experimental se elevaron los niveles de dióxido de carbono y se bloquearon periódicamente las comunicaciones electrónicas para simular la pérdida de conexión con los servicios terrestres.
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