El ayuntamiento florentino dio a conocer a la prensa el contenido de un plan, presentado por la alcaldesa, Sarah Funaro, para poner algunos límites a las actividades de ese sector, que incluye la prohibición de las cajas para llaves, muy utilizadas por los propietarios de alojamientos de alquiler a corto plazo.
También se proscribió el uso de altavoces por los guías turísticos, y se establecieron severas restricciones para el empleo de pequeños vehículos eléctricos, similares a “carritos de golf”, cada vez más usados para trasladar visitantes por zonas de la capital de la central región de Toscana, donde está vedado el tráfico de automóviles.
“La ciudad ya no puede soportar, sin debilitar su valor patrimonial y ver comprometida su habitabilidad general, una presencia tan masiva de actividades y medios de uso exclusivamente turístico concentrados en tan solo cinco kilómetros cuadrados”, donde se encuentran los lugares de mayor interés, apunta el documento.
La implementación de estas acciones se informó por las autoridades de esa urbe, mientras sesiona en la misma, desde el 13 hasta el 15 de noviembre, la cumbre de ministros de Turismo del Grupo de los Siete (G7), la primera en la historia de ese foro mundial dedicada íntegramente a tan importante sector económico.
La cita, presidida por la titular italiana de Turismo, Daniela Santanché reúne además a los ministros y jefes de delegaciones de Canadá, Francia, Alemania, Japón, Reino Unido y Estados Unidos, junto a representantes de la Unión Europea, directivos de otros organismos y altos funcionarios de naciones invitadas.
Precisamente, entre los objetivos de ese evento, se encuentra el de encontrar una posición compartida para guiar el futuro de la industria turística y hacer que el sector sea cada vez más sostenible desde el punto de vista económico, social y medioambiental en un contexto de rápida evolución de las tecnologías, según sus organizadores.
En relación con el plan florentino para enfrentar la creciente afluencia de visitantes, Santanché manifestó que “no puedo estar de acuerdo con este término, de turismo excesivo, sin embargo, entiendo que tenemos territorios donde hay demasiada gente”.
El pasado 8 de noviembre Gabriel Zuchtriegel, director del parque arqueológico de Pompeya anunció que, tras un verano con cuatro millones de turistas, se limitará a 20 mil el número de visitantes diarios, con boletos personalizados, como parte de las iniciativas dirigidas a proteger el sitio, considerado patrimonio mundial.
También Venecia implementó este año el cobro de entradas a esa ciudad, y ya anunció que mantendrá el mismo durante 2025, en las etapas de mayor afluencia turística, y en Roma se restringirá, a partir de diciembre, el acceso de visitantes a la Fontana de Trevi, según declaró Roberto Gualtieri, alcalde de la capital italiana.
ro/ort
