Un contraste de piezas artísticas con la cotidianidad ameniza el área escogida para esta sui géneris exhibición (desde el Parque Maceo hasta el Castillo de la Punta) la cual recuerda que la ciudad de las columnas de Alejo Carpentier sigue viva entre su eclecticismo, sus vetustos edificios y la modernidad tras el paso de los años.
No falta en el lateral de una destruida construcción una columna de orden jónico, en arquitectura uno de los tres de la antigua Grecia; otro momento de la exposición pasa por otro de los edificios de viviendas donde se refleja la abstracta silueta de una persona realizada en bolas de colores.
Al dejarse llevar los transeúntes por la brisa del mar se divisan rumbo al Castillo de la Punta otras piezas que reflejan la diversidad creativa de los artistas de la isla y sus diferentes estilos.
Una de las obras exhibe en una pequeña área pública el lateral de un inmueble pintado con corazones, mientras en el centro del espacio fue ubicado un corazón tridimensional realizado con materiales diversos.
La presente Bienal de La Habana comenzó el pasado 15 de noviembre y se extenderá hasta el 28 de febrero próximo en varias sedes de la ciudad, como el Museo Nacional de Bellas Artes (edificios de Arte Universal y de Arte Cubano), Estación Cultural de Línea y 18, Biblioteca Nacional y otros espacios e instituciones.
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