La detención días atrás de tres funcionarios, entre ellos el director de Resolute Mining, Terry Holohan, tan pronto tocaron tierra en esta capital, desató una tormenta de imputaciones contra las autoridades malienses, disuelta tras el acuerdo.
Acorde con declaraciones de las autoridades pertinentes, los ejecutivos fueron arrestados por falsificación de documentos y daños a la propiedad pública, una suerte de aviso a sus similares que operan en su territorio.
El acuerdo estipula que la firma, que explota la mina de Syam en el suroeste del país, pagará de inicio un tramo de 80 millones de dólares “de las reservas de efectivo de la empresa y el resto en los próximos meses”, según el comunicado de la casa matriz” difundido en esta capital.
La demanda maliense surgió tras el aumento de la supervisión sobre las actividades de las empresas extranjeras, casi todas con casas matrices en países occidentales, que operan en el país y sus ganancias por la comercialización de minerales, en especial el oro, metal del que este país es uno de los principales productores en África.
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