La estructura independiente, formada a partir de una red compleja de pequeños pólipos de coral, probablemente ha estado creciendo durante tres siglos o más, explica un artículo publicado en Tutiempo.com.
Al navegar por las aguas del archipiélago, los investigadores creyeron haber encontrado un enorme naufragio, pero al sumergirse, el ecólogo marino Manu San Félix vio algo completamente diferente: una estructura viva, colorida y gigantesca.Es enorme, como una catedral bajo el agua, subrayan.
Este coral solitario de la especie Pavona clavus mide 34 metros de largo por 32 metros de ancho, lo que lo hace tres veces más grande que el anterior poseedor del récord, apodado «Big Momma» en Samoa Americana.
La ubicación del coral en las Islas Salomón, un archipiélago conocido por su diversidad ecológica, no es casualidad. Estas aguas fueron clave en investigaciones que ayudaron a confirmar la teoría de la evolución de Charles Darwin en la década de 1920.
En la actualidad, este descubrimiento refuerza la importancia de estas pequeñas naciones insulares en la lucha por preservar los ecosistemas marinos, subrayan.
El coral descubierto no es un arrecife, compuesto por múltiples colonias, sino una única estructura formada por casi mil millones de pequeños pólipos que han trabajado en conjunto durante más de tres siglos.
Su antigüedad y buen estado de conservación son un testimonio de la resiliencia de la vida marina, incluso frente a las crecientes amenazas, detallan los científicos.
Cuando pensábamos que ya no quedaba nada por descubrir en la Tierra, encontramos este coral, lleno de vida y color”, celebró el ecólogo marino Enric Sala, líder del proyecto Pristine Seas de National Geographic.
Además de ser una maravilla natural, el megacoral es un refugio vital para la vida oceánica. Los científicos lo describen como un bosque antiguo bajo el agua, que alberga peces, camarones, gusanos y cangrejos, brindándoles alimento y protección.
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