La decisión obedece a recientes críticas del general Goita al consejo ministerial por mantenerlo ajeno al proceso de adopción de decisiones, según reportes difundidos por los medios locales.
El lacónico decreto de cesantía masiva de los titulares de carteras y del primer ministro Choguel Kokalla Maiga fue leído por el secretario de la Presidencia Alfousseyni Diawara en un escueto comunicado que reza: Las funciones del primer ministro y de su gabinete son terminadas.
Pero el origen de la cesantía a cajas destempladas parece estar en un discurso de Maiga el sábado pasado en el cual recordó que el proceso de transición de Mali a la vida civil terminó en marzo pasado, “aunque fue pospuesto un año de manera unilateral y sin debate en el seno del gobierno”.
La velada critica del ya ex primer ministro, y la remoción masiva indican la existencia de disensiones en el seno de la junta castrense que gobierna este país del occidente africano que muestra distanciamiento de Estados Unidos y Francia, la ex metrópoli colonial, cuyas fuerzas militares expulsó meses atrás.
Al mismo tiempo el gobierno transnacional emprendió un sustancial acercamiento a Rusia y rehusó las peticiones de París y Washington para condenar la operación militar especial de Moscú para proteger a las poblaciones rusoparlantes del Donbass, blanco de mortíferos ataques con armas pesadas por el gobierno ucraniano.
Además, junto a Níger y Burkina Faso, Mali conformó a mediados de septiembre de 2023 la Alianza de Estados del Sahel para enfrentar las sanciones que les fueron aplicadas a las juntas militares de los tres por la Comunidad Económica de Estados de África Occidental y las acciones de grupos islamistas que operan en esa zona.
Apenas hace dos semanas, Mali arrestó a tres ejecutivos de una transnacional minera que opera en su territorio, lo que desató un miniconflicto con Londres, resuelto después que la empresa aceptó pagar 160 millones de dólares por evasión de impuestos y falsificación de documentos.
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