Según refiere un comunicado oficial divulgado aquí, la representante nicaragüense en esa conferencia de la ONU que se celebra en Azerbaiyán, fue la embajadora del país centroamericano en Moscú, Alba Torres, quien mencionó los tres mil millones de personas que viven amenazadas por la crisis climática en el mundo.
Entre ellos, los que viven en regiones como Centroamérica, países insulares y África, producto de las concentraciones de dióxido de carbono, las cuales se encuentran en sus valores máximos.
La diplomática expresó que en la COP29 urgen resultados concretos basados en el principio de responsabilidades comunes, pero diferenciadas y capacidades respectivas y que se fortalezca la justicia climática y la indispensable política de reparación.
“Convertida en cooperación directa incondicional y respetuosa dirigida hacia el cumplimiento de una nueva meta global cuantitativa que permita el financiamiento hacia los países más vulnerables de forma real para combatir la crisis climática”, resaltó.
Instó a que los recursos financieros para asistencia oficial prometidos por los países ricos tienen que materializarse según responsabilidades históricas y promover suficientes recursos en la acción climática para las acciones de adaptación, mitigación, pérdida y daños.
En ese sentido, mencionó la creación de capacidades de transferencias de tecnologías, conservación y sustentabilidad ante el cambio climático reflejados en sus contribuciones determinadas a nivel nacional, y evitar la mercantilización de la madre tierra.
Hemos sobrepasado seis de los nueve límites planetarios, en particular la contaminación pérdida de bosques y biodiversidad, aumento de emisiones sin precedentes y acidificación de los océanos, manifestó la diplomática nicaragüense.
Al respecto, dijo que es insuficiente la adaptación y mitigación para enfrentar los impactos de la crisis climática, por lo cual es urgente capitalizar y operativizar el mecanismo de indemnización sobre pérdidas y daños.
“La cooperación Sur-Sur y la cooperación triangular son herramientas necesarias ya que contribuyen al cumplimiento de la agenda 2030 para el desarrollo sostenible y la preparación ante la acción climática”, comentó.
La representante nicaragüense señaló que estas modalidades constituyen un complemento y no un sustituto de la cooperación Norte-Sur, la cual debe estar guiada por los principios de solidaridad, participación conjunta, consenso, equidad, responsabilidad mutua, reciprocidad, no interferencia y no condicionalidad.
Según Nicaragua, la crisis climática es responsabilidad de las grandes economías capitalistas, principalmente, potencias occidentales que aplican y expanden modelos destructivos de producción y consumo causando y expandiendo dichos problemas.
“Ya el cambio climático es historia, ahora es crisis climática, es también crisis planetaria y crisis de valores por la falta de fe en Dios”, subrayó.
Por otro lado, manifestó la solidaridad de Nicaragua con el pueblo palestino, y afirmó la justicia de la causa palestina y el derecho de ese pueblo a la autodeterminación y a establecer su estado en todos los territorios ocupados, al tiempo que señaló que los movimientos de resistencia palestinos son de liberación nacional.
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