La víspera, la Policía Federal (PF) incriminó a Bolsonaro y a otras 36 personas por presuntos crímenes de abolición violenta del Estado Democrático de Derecho, golpe de Estado y organización criminal.
En un counicado, el PT señala que la imputación contra el exmandatario ultraderechista y su banda delincuencial «abre camino para que todos respondan ante la justicia por los crímenes que cometieron contra Brasil y la democracia».
De 884 páginas, el informe oficial de la PF fue enviado al Supremo Tribunal Federal (STF).
Con la acusación, la PF, que incluyó entre los inculpados al exgeneral Walter Braga Neto, exministro de Defensa, señaló que salió a la luz que los crímenes de los inquiridos fueron cometidos a partir del conjunto de elementos reunidos durante la pesquisa.
Por primera vez, Bolsonaro, un presidente electo en el período democrático, es acusado de ser responsable de conspirar contra la democracia en el país.
El informe intenta contactar con la defensa del exgobernante, Braga Netto y el timonel del Partido Liberal, Valdemar Costa Neto.
Las investigaciones demuestran que los acusados se estructuraron por división de tareas. Esto habría permitido la «individualización de las conductas y la constatación de la existencia de grupos», según la PF.
Figura entre los grupos el de desinformación y ataques al sistema electoral, y otro responsable de «incitar a militares a que se unan al golpe de Estado».
El PT denuncia en su nota que «una verdadera banda estaba instalada en el (Palacio del) Planalto (sede del Poder Ejecutivo en Brasilia), para falsificar elecciones, asesinar autoridades e imponer una nueva dictadura al país».
Refiere que el documento de la PF, después de casi dos años de investigaciones, «no deja dudas de que esta banda terrorista merece castigo, nunca amnistía».
La organización política recuerda que, entre los acusados, hay militares de alto rango que deshonran a las Fuerzas Armadas, como el general Mario Fernandes, uno de los planificadores del asesinato del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, el vice Gerardo Alckmin y el ministro Alexander de Moraes, del STF.
Para el partido, Bolsonaro está en el centro de una trama corrupta, que pudre todo su entorno, no solo a los acusados, sino también a parlamentarios e, incluso, gobernadores que se le asociaron.
Insiste en que las pruebas están sobre la mesa. «¡Que se hagan los demócratas y defiendan al golpista, como si fuera posible ser demócrata y de extrema derecha», subraya el PT.
Demanda, finalmente, «¡proceso y castigo para todos los golpistas y terroristas!, sin amnistía!».
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