La líder del partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN), Marine Le Pen, se reunió esta mañana con Barnier, a quien recordó las “líneas rojas” que esa organización fijó de cara a la aprobación o no del presupuesto del Estado para el 2025, que debe definirse como máximo en torno al 21 de diciembre.
Por enésima ocasión repetimos esas “líneas rojas” al primer ministro, dijo a la prensa tras el encuentro la varias veces candidata presidencial, derrotada en el balotaje por Emmanuel Macron en los últimos dos comicios (2017 y 2022).
RN tiene en las manos de sus diputados la posibilidad de derribar al gabinete que combina a figuras del oficialismo y del partido conservador Los Republicanos, ya que es bien conocida la disposición del bloque de la izquierda Nuevo Frente Popular de acompañar cualquier moción de censura en la Asamblea Nacional.
Ambas fuerzas opositoras y sus aliados suman en el hemiciclo más de 320 votos, ampliamente por encima de los 289 requeridos para el éxito de una iniciativa en la cámara baja.
La extrema derecha ha advertido a Barnier que no aceptará en el presupuesto medidas que deterioren aún más el poder de compra de los franceses, ante un proyecto de ley marcado por la austeridad y la meta de sanear las finanzas públicas.
En ese sentido, Le Pen reiteró su rechazo al aumento de la tasa de la electricidad.
Por su parte, el dirigente de La Francia Insumisa (LFI) Éric Coquerel insistió en la visión de esa fuerza del Nuevo Frente Popular de que el actual gobierno es ilegítimo.
Este gobierno no puede seguir, ni siquiera por un año, su presupuesto para el 2025 es malo, no resuelve ningún problema, manifestó el presidente de la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional, al argumentar el empeño de los insumisos en hacer caer al primer ministro con una moción de censura.
También el coordinador de LFI, Manuel Bompard, habló hoy con periodistas sobre el tenso escenario político imperante en suelo galo, repitiendo las acusaciones contra la extrema derecha de actuar con hipocresía.
Salgan de la posición hipócrita, si Barnier es primer ministro es porque Le Pen se lo permitió, al negarse a acompañar la censura promovida por la izquierda, opinó.
La moción pudiera llegar en los próximos días o semanas, y sobre sus consecuencias eventuales reaccionó el vicepresidente de RN, Sébastien Chenu, en la cadena LCI. El dirigente de la extrema derecha evocó incluso la posibilidad de que Macron se vea obligado a renunciar, una posibilidad que el mandatario ha descartado en varias ocasiones después de los reveses oficialistas en las elecciones europeas de junio y las legislativas de julio.
Las voces de los partidarios del gobierno también se hacen sentir por estos días, alertando del supuesto «caos» que vendría si Barnier y su gabinete son derrocados.
mem/wmr