El Ministerio para las Relaciones Exteriores señaló que la decisión contra la hermana nación consideró al país centroamericano como “una amenaza inusual y extraordinaria para su seguridad nacional y política exterior”.
Subrayó que la medida justifica así las ilegales medidas coercitivas contra el pueblo nicaragüense.
La Cancillería tildó de inaceptable que la potencia que históricamente invadió con sus tropas a la patria de Sandino, sostuvo la sangrienta dictadura de (Anastasio) Somoza y alimentó la violencia de la Contra, “pretenda acusar al pueblo y al Gobierno de Reconciliación y Unidad Nacional, de ser una amenaza”.
Afirmó que con esta orden ejecutiva, Estados Unidos muestra una vez más su desprecio por el derecho internacional y su insaciable sed de desestabilizar a gobiernos que defienden su soberanía y su dignidad.
Bajo este pretexto, denunció el documento, “somete al pueblo nicaragüense a las criminales medidas y cubre de impunidad su intervencionismo imperialista”.
El pueblo y Gobierno de Venezuela reiteraron “su apoyo y solidaridad irrestricta al compañero presidente y comandante Daniel Ortega y a la compañera vicepresidenta Rosario Murillo”.
Sumó su voz, además, a la condena mundial por esta renovada agresión, bajo la convicción de que el pueblo de Carlos Fonseca y Rubén Darío, continuará caminado firmemente por el sendero del desarrollo y la paz nacional.
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