En su primera parada internacional desde que asumió el cargo, Fletcher se reunió esta semana con las autoridades sudanesas, incluido el general Burhan, presidente del Consejo Soberano de Transición.
En los encuentros, el representante examinó la manera de abordar las limitaciones a la prestación de ayuda; la necesidad de aumentar la presencia de personal humanitario en las zonas más afectadas por la crisis para intensificar la respuesta.
Asimismo, abogó por aumentar la entrega de ayuda a través de las fronteras y las líneas de conflicto y reconoció la importancia de llamar la atención sobre el sufrimiento de los civiles en todo el país.
La crisis de Sudán es de proporciones asombrosas y exige la atención del mundo, aseveró el enviado.
De acuerdo con la agenda anunciada, Fletcher viajará luego al vecino Chad para reunirse con los refugiados sudaneses y las comunidades de acogida que los apoyan generosamente, así como con las autoridades locales y socios.
«Debemos hacerlo mejor. Debemos asegurarnos de que estas palabras, ‘no estás solo’, no sean solo palabras que las personas dicen a un micrófono cuando te visitan, sino que se conviertan en el núcleo de nuestro trabajo», pidió el subsecretario el lunes en un encuentro con mujeres víctimas de la violencia.
De acuerdo con la ONU, la población civil ha sido la más afectada por las hostilidades que estallaron en abril de 2023 entre las Fuerzas Armadas Sudanesas y las Fuerzas de Apoyo Rápido.
Como consecuencia, más de nueve millones de personas resultaron desplazadas, decenas de miles perdieron sus vidas, y miles de hogares fueron destruidos.
Los informes también indican escandalosas violaciones de los derechos humanos, incluida la violencia sexual generalizada contra las mujeres y las niñas.
Cifras de la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados estiman que solo en octubre, unos 60 mil sudaneses llegaron a Chad tras una escalada de los combates en Darfur y el retroceso de las aguas.
La ciudad fronteriza de Adre, que solía albergar a 40 mil personas, ahora resguarda a unos 230 mil refugiados sudaneses, muchos en condiciones adversas a la espera de ser reubicados tierra adentro.
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