La Cancillería señaló en un comunicado que este grupo de potencias “insiste en creerse árbitro de la democracia global”, mientras encubre sus propios fracasos políticos, económicos y morales, apoyando genocidios y estimulando la propagación de la ideología nazi y fascista en Europa y el mundo.
El texto consideró particularmente irónico que estos mismos países, que hicieron el más estruendoso de los ridículos en 2019 al reconocer a un impostor como «presidente interino» (Juan Guaidó), ahora pretendan dar lecciones sobre voluntad popular y procesos electorales.
Subrayó que intentan, desde el complejo colonialista e imperialista, “preparar el terreno para desconocer a las instituciones y las decisiones del pueblo venezolano con la fantasía de un Guaidó 2.0 que nuevamente se estrellará contra la dignidad de los herederos de Simón Bolívar”.
La República Bolivariana advirtió a los países del G7 (Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón y Reino Unido) que esa “actitud injerencista y arrogante no quedará sin respuesta”.
“Venezuela procederá a revisar de manera integral sus relaciones con cada uno de los gobiernos que integran este grupo, porque el respeto a la soberanía nacional no es negociable”, afirmó.
El Ministerio para las Relaciones Exteriores señaló que la historia ya ha demostrado que el pueblo bolivariano no aceptará más tutelajes.
Reafirmó que esta nación sudamericana «es libre, y seguirá siéndolo, por mucho que les duela a quienes no han superado sus complejos imperiales”.
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