Las sanciones incluyen a “un grupo de patriotas” quienes, desde sus funciones, se han dedicado a salvaguardar la paz, la estabilidad, la recuperación económica y la unidad nacional ante la violencia fascista diseñada, financiada y promovida desde Washington, contra la voluntad democrática del pueblo venezolano.
El texto señaló que las medidas anunciadas este miércoles “son un acto desesperado de un gobierno decadente y errático, que busca ocultar su rotundo fracaso electoral y la grave crisis social en la que deja al país, con una nueva agresión contra el noble pueblo venezolano”.
Subrayó que estas decisiones no promueven la democracia en Venezuela, sino que “buscan dar un último aliento a un grupo fascista disperso y desprestigiado que no tiene arraigo en la población venezolana”, para prolongar así su fracasada política de cambio de régimen.
El Gobierno bolivariano reafirmó, a cuatro meses de la gran victoria popular del 28 de julio último, su compromiso inquebrantable de seguir consolidando su modelo democrático participativo y protagónico, y fortaleciendo su economía en medio de las impunes y constantes agresiones.
La República Bolivariana, fiel a su tradición histórica de lucha y soberanía, reiteró que ante cualquier ataque el pueblo de (Simón) Bolívar y (Hugo) Chávez jamás podrá ser doblegado.
Reafirmó asimismo que “su camino triunfante hacia la consolidación de la paz y la estabilidad política, económica y social es irreversible”.
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