En un homenaje en el capitalino Palacio de Bellas Artes, la secretaria de Cultura, Claudia Curiel de Icaza, recordó la obra de quien definió como una figura trascendental de la historia del cine, el teatro, la televisión y la política.
Rememoró su trayectoria ininterrumpida de más de siete décadas y la reconoció “diva única e irrepetible, ícono mundial”.
Sus personajes rompieron con los estereotipos que dominaron aquel momento, continuó la titular, quien sostuvo que al “mostrarse insumisas, irreverentes, sensuales y desafiantes, las mujeres que Silvia Pinal reveló en las pantallas fueron testimonio vivo del parteaguas entre dos tiempos”.
¿Cómo olvidar a la deslumbrante Viridiana, que desafió prejuicios y censura, y encumbró a la actriz como una de las más importantes de su época, luego de que la cinta del cineasta Luis Buñuel ganara la Palma de Oro en el Festival de Cine de Cannes?, dijo ante el féretro de la artista.
En opinión de la secretaria, no solo destacó por sus brillantes participaciones en esos ámbitos, sino que abrió camino para decenas de generaciones dedicadas a las artes a nivel internacional.
“Encabezó el camino de una cantidad innumerable de proyectos que confrontaron a la época. Los medios de comunicación nunca volvieron a ser lo mismo después de Silvia Pinal, quien usó el poder de las pantallas para romper tabús al visibilizar temas de los que se sabía pero no se hablaba”, agregó.
A través de un mensaje en X, la presidenta Claudia Sheinbaum lamentó el jueves el fallecimiento de la artista, cuyo talento cinematográfico y teatral –aseveró- es parte de la memoria cultural de esta nación latinoamericana.
Pinal, fallecida debido a complicaciones por una infección de las vías urinarias, participó en más de 80 filmes, una cantidad superior a las 40 puestas en escena y alrededor de 33 programas televisivos.
A lo largo de su vida recibió reconocimientos como el Ariel de Oro en 2008, además de otras estatuillas de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas por su actuación en Un rincón cerca del cielo (1953), Locura pasional (1957) y La dulce enemiga (1958).
Trabajó con actores icónicos del cine local, entre ellos, Pedro Infante, en Un rincón cerca del cielo; Mario Moreno (Cantinflas), en Puerta joven, y Germán Valdés (Tin Tan), en El rey del barrio y La marca del zorrillo.
La actriz, nacida en Guaymas, Sonora, el 12 de septiembre de 1931, alcanzó a principios de la década de 1960 mayor proyección internacional al protagonizar las películas Viridiana (1961) y El ángel exterminador (1962), dirigidas por Buñuel.
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