Publicado en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, la investigación analiza las olas de calor de los últimos 65 años en todo el planeta, e identifica las zonas donde el calor extremo se acelera considerablemente más que las temperaturas más moderadas.
Las olas de calor son fenómenos meteorológicos caracterizados por temperaturas extremadamente altas que superan los niveles previstos para una región y una época del año determinadas.
Una ola de calor puede definirse como un periodo consecutivo de cinco días o más con temperaturas de al menos 5 ºC por encima de la media climatológica diaria de la región.
En estos puntos calientes las olas de calor son tan extremas que van mucho más allá de lo que cualquier modelo climático actual puede predecir o explicar. Es como si estos puntos fueran invernaderos temporales, destacan los autores del artículo.
De ahí que los investigadores elaboraran el primer mapa mundial de estos puntos calientes, que aparecen en todos los continentes excepto en la Antártida.
Según este mapa, los puntos calientes globales serían: el Alto Ártico, el noroeste de Canadá, el extremo sur de Sudamérica, el noroeste de Europa, la península arábiga, el centro de China, Japón/Corea y el este de Australia.
El estudio muestra, además, puntos que registraron subidas de temperatura mucho menores de lo previsto, como el norte de África y Siberia. De hecho, el calor también aumenta en estas regiones, pero los extremos lo hacen a un ritmo más lento de lo que sugerirían los cambios en la media.
Para los científicos, aún se desconocen las causas exactas de estos brotes de olas de calor extremas, pero la investigación sugiere que podrían estar relacionados con el cambio climático y también por las variaciones de la corriente en chorro en el hemisferio norte.
El estudio resalta que la señal más intensa y constante procede del noroeste de Europa. En este continente, las secuencias de olas de calor extremas contribuyeron a unas 60 mil muertes en 2022 y 47 mil en 2023.
Además, los días más calurosos del año se están calentando el doble que las temperaturas medias del verano en este continente, lo que significa que se trata de una región especialmente vulnerable.
De momento, 2023 ha sido el año más caluroso jamás registrado en la Tierra, según el Servicio de Cambio Climático Copérnico (C3S) de la Unión Europea, con 1,48 ºC por encima de la media del periodo preindustrial (1850-1900). Es probable que 2024 lo supere.
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