En el comienzo del análisis del primero de los textos del presupuesto del Estado para el 2025, el jefe de Matignon atribuyó las consecuencias de su paso a la oposición, alegando que siempre estuvo dispuesto al diálogo.
La izquierda, representada en la cámara baja por el Nuevo Frente Popular, ya confirmó que buscará la censura del gobierno, que caería si el partido de extrema derecha Agrupación Nacional (RN) se suma a la iniciativa.
Ambas fuerzas, de combinarse pese a sus posturas ideológicas contrapuestas, unirían votos más que suficientes en el hemiciclo para el éxito de la moción, que requiere la mayoría absoluta, fijada en 289 diputados.
Barnier afirmó en la Asamblea Nacional que llegó el momento de la verdad y de que cada quien asuma su responsabilidad.
Yo pienso que los franceses no nos perdonarán si anteponemos intereses particulares al futuro de la nación, dijo ante el peligro real de que él y su gabinete caigan y el país quede sin el presupuesto.
El 49.3 fue utilizado por antecesores de Barnier, como Élisabeth Borne y Gabriel Attal, pero en un contexto diferente al actual, en el cual el oficialismo es una fuerza minoritaria en la Asamblea Nacional y con escaso margen de maniobra.
Según diversas fuentes, la moción de censura pudiera ser votada el miércoles.
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