“Somos solidarios (…) pero nuestra principal función es recibir a las y los mexicanos. Y esperamos tener un acuerdo con la administración Trump, en caso de que haya estas deportaciones, para que ellos también envíen a sus países de origen a las personas que vienen de otros países”, expresó.
Recordó la existencia de un acuerdo con el gobierno del mandatario norteamericano, Joe Biden, “en donde, para muchas de las nacionalidades, ellos directamente los envían vía aérea a sus países de origen”.
“Ahí, en donde no tienen una relación directa, hay un acuerdo también para que contribuyan, desde México, a enviar a las personas” a sus naciones, agregó la jefa de Estado en su habitual conferencia de prensa.
Por otra parte, la dignataria aludió a preparativos aquí para recibir a los connacionales, si se concretara la amenaza del mandatario electo de Estados Unidos, Donald Trump, de realizar una expulsión de esas dimensiones desde el vecino norteño.
“Hay una parte que tiene que ver con los consulados, otra parte que tiene que ver con el trabajo que tendríamos que hacer en México. Esperamos que no ocurra, pero si llega a ocurrir pues estar preparados para recibirles”, explicó.
Datos del Peterson Institute for International Economics difundidos por Sheinbaum en días recientes señalan que por cada 10 inmigrantes en la fuerza laboral de Estados Unidos, se crean uno o dos empleos para los propios estadounidenses.
El 80 por ciento de los salarios que los trabajadores mexicanos ganan en aquel país se consumen allí, refirió la mandataria, al añadir que si dejaran de hacer esto, la economía de Estados Unidos se contraería en más de un punto de su Producto Interno Bruto.
“Eliminar el consumo de las y los trabajadores mexicanos, fíjense bien, sería equivalente -esto es una publicación académica-, a destruir el valor generado por la totalidad de la agricultura, la pesca y la silvicultura en los Estados Unidos”, apuntó.
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