La decisión, que requiere el modelo de grabación ininterrumpida, así como su activación automática, atendió a una solicitud de la Defensoría Pública de la división territorial y representa una derrota para el Gobierno de Tarcísio de Freitas, quien proponía reemplazar el sistema actual por un modelo de accionar remoto.
Barroso argumentó que la disposición se basó en tres aspectos principales: el no uso de los aparatos por los policías, la disminución del número de dispositivos disponibles y la falta de prueba de la viabilidad técnica del nuevo sistema propuesto por el Gobierno paulista.
Consideró además el aumento del 98 por ciento en la letalidad policial en 2024, según datos de la Fiscalía de Sao Paulo.
«Ante la ausencia de demostración de la viabilidad técnica y operativa de los nuevos dispositivos y el significativo aumento de la letalidad policial, es indispensable mantener el modelo actual de grabación ininterrumpida», afirmó Barroso.
Lo anterior, agregó, bajo pena de violación de la prohibición constitucional al retroceso y el incumplimiento del deber de protección de los derechos fundamentales, en particular el derecho a la vida.
Para el juez, «el uso de cámaras corporales por la policía contribuye a hacer efectivo el Estado Democrático de Derecho, proteger los derechos fundamentales y cumplir con el deber estatal de garantizar la seguridad pública».
Insistió en que la medida beneficia a los ciudadanos y a los policías, pues «promueve comportamientos más adecuados de ambas partes. Así ayuda a prevenir abusos y reducir muertes».
Con el laudo, la administración paulista deberá restablecer al menos 10 mil 125 cámaras corporales en funcionamiento y proporcionar informes mensuales detallando el uso de los dispositivos.
También debe informar sobre posibles procedimientos disciplinarios contra los policías que no cumplan con la norma.
En el sistema actual, la cámara se activa automáticamente cuando se quita de la base y se instala en el uniforme del policía, permaneciendo conectada continuamente.
Las imágenes grabadas son de baja definición durante momentos rutinarios, pero los agentes deben activar una función de alta definición cuando participan en operaciones. Si no lo hacen, pueden ser responsables.
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