El portal R7 asegura que el último cambio al respecto es para aquellos que tienen acceso al garaje de la instancia del Poder Judicial, con verificación de la tarjeta y el interior del vehículo hecho por la policía.
Casi un mes después del caso de Francisco Wanderley Luiz, el terrorista que lanzó fuegos artificiales contra el STF, la corte sigue recibiendo intimidaciones y extendió, de diversas maneras, las formalidades de protección del lugar.
Según el sitio noticioso, los ministros y asesores reciben, en promedio, tres coacciones por día desde el 8 de enero de 2023, fecha en que adeptos radicales del exmandatario Jair Bolsonaro invadieron y saquearon, no solo el Supremo, sino además el Congreso Nacional y el Palacio del Planalto, sede del Poder Ejecutivo, en Brasilia, bajo gritos de intervención militar.
R7 refiere que descubrió que las amenazas ocurren de diferentes formas: hay cartas e incluso paquetes con heces fecales.
Por ejemplo, en los detectores de metales hay una placa que reza que está prohibido entrar a las dependencias del tribunal con armas, objetos punzantes y sustancias químicas y explosivas.
También la seguridad del STF evalúa ahora si los visitantes que frecuentan el juzgado están inscritos en el registro nacional de órdenes de detención.
El pasado 13 de noviembre, casi dos años después del atentado en el aeropuerto capitalino y los actos antidemocráticos del 8 de enero de 2023, Brasilia fue escenario de otra amenaza a su seguridad.
Una serie de explosiones en un intervalo de minutos se registró cerca de la Plaza de los Tres Poderes. El responsable de los actos (Wanderley Luiz) murió frente al Supremo al activar una bomba casera que tenía adherida a su cuerpo.
Antes del estallido que causó su muerte, intentó entrar en el edificio del Supremo.
Un guardia de seguridad del tribunal que vio su acción afirmó en una declaración a la Policía Civil del Distrito Federal que el hombre llegó al lugar con una mochila y sacó algunos artefactos y un extintor.
El custodio habría mantenido un breve contacto con el autor e informó que, en cierto momento, el sujeto le pidió no acercarse y abrió la chaqueta que usaba para mostrar la cantidad de explosivos que llevaba en su cuerpo.
Por otra parte, la Policía Legislativa arrestó este martes un funcionario del Ministerio de Salud que trató de entrar en el anexo de la Cámara de Diputados con municiones de pistola.
El sospechoso pretendía enviar las provisiones por la oficina de correos que está dentro del edificio, pero fue detenido por rayos X durante la inspección de seguridad.
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