De las nuevas autoridades 10 pertenecen a partidos de centro e izquierda o independientes cercanos a esas formaciones y seis a la oposición de derecha.
El progresismo ganó en la Región Metropolitana y en Valparaíso, consideradas las más importantes del país, así como en la Araucanía, Antofagasta, Atacama, O’Higgins, Los Ríos, Tarapacá, Ñuble y Magallanes.
En cambio la derecha tradicional obtuvo el triunfo en el Biobío, Arica y Parinacota, Coquimbo, el Maule, Los Lagos y Aysén; mientras que el extremista Partido Republicano no logró ninguna gobernación.
Tampoco resultó electa ninguna mujer para ese cargo, por lo que la subrepresentación femenina en puestos de elección popular sigue siendo un desafío para el país.
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