Seré un primer ministro de pleno ejercicio y de complementariedad con el jefe del Estado, manifestó el político de 73 años, designado el viernes por el mandatario en el contexto de una crisis política en suelo galo, que costó el puesto a Michel Barnier, primer ministro censurado el miércoles de la semana pasada por la Asamblea Nacional.
Bayrou, líder del Movimiento Demócrata y aliado cercano de Macron, reconoció en una entrevista con La Tribune Dimanche su relación personal con el presidente, a quien elogió por su “audacia y coraje”.
Desde su nombramiento, la izquierda lo consideró una “mala noticia”, escenario en el cual La Francia Insumisa adelantó en voz de su coordinador, Manuel Bompard, que también buscará la censura del nuevo jefe de Matignon.
Por su parte, los socialistas y el partido de extrema derecha Agrupación Nacional descartaron apostar de inmediato por la caída de Bayrou, aunque fijaron líneas rojas para ello.
El primer ministro ofreció además un gobierno que la población pueda comprender, a partir del principio de que se trata de una gestión pasajera.
Macron encargó al dirigente centrista formar un gabinete de estabilidad e interés general, con prioridades inmediatas como la elaboración del presupuesto del Estado para el 2025, ya que el anterior proyecto de ley desapareció con el derrocamiento del conservador Barnier.
La diversidad de fuerzas con presencia importante en la Asamblea Nacional convierte la posibilidad de futuros intentos de derribar al gobierno en una espada de Damocles.
Tanto la izquierda como la extrema derecha descartaron formar parte del gabinete liderado por Bayrou, quien fijó un récord, al convertirse en el cuarto primer ministro del año, una situación inédita bajo la V República, que comenzó en 1958.
jha/wmr